“Como éramos pocos parió la abuela” que dirían nuestros mayores tras ver como se suman más factores a la ya inestable situación económica.
Y no es por ponernos catastrofistas pero la verdad es que el sumatorio de factores que añaden incertidumbre no hace más que crecer: covid, poscovid, guerra en Ucrania con subida del precio de la energía derivado de esta, inflación, huelga del transporte y desabastecimiento de algunos productos provocado por esta última…………y por favor que se acabe aquí.
Pero a pesar de todo ello, parece que nos hemos acostumbrado a convivir con todo ello y creo que estamos dando muestras de que somos una sociedad más fuerte y sólida de lo que pensábamos, y es que hemos hecho del “vivir al día”, “del mañana ya veremos” y expresiones similares mantras que se escuchan por todas partes. Esto tiene su repercusión económica inmediata ya que muchas inversiones particulares o empresariales se posponen para momentos de menos zozobra e inestabilidad pero humanamente y sin el factor economicista de por medio ayuda a estar aquí y ahora, al carpe diem de los clásicos y al fin de la cita que muchas veces olvidamos: memento mori…o recuerda que morirás algún día y esto también empuja a los más intrépidos a gastar aquí y ahora disfrutando del presente sin pensar en las consecuencias futuras y de esto se deriva que como siempre que anda la economía de por medio casi nada es exacto y casi todo está sujeto a variables, desajustes, dispersión e inexactitud.
Dejemos las penas a un lado porque quizás no lo hemos pensado pero somos unos privilegiados, y si echamos la vista atrás y con el más elemental de los recorridos históricos podremos darnos cuenta de que nuestra estructura social nada tiene que ver con las de hace relativamente poco tiempo ya que somos unos privilegiados en medio de este valle de lágrimas porque ya hubieran querido nuestros antepasados en cualquier época anterior haber superado una pandemia con los niveles de protección, cuidados, higiene y seguridad como la hemos pasado nosotros, haber tenido unos mecanismos de política económica como los de las democracias avanzadas y que han evitado quiebras sociales difíciles de resolver o unas instituciones y un derecho internacional que amparasen el que frente al uso de la fuerza y la invasión de un Estado soberano por parte de otro se pudiesen articular medidas no militares que eviten un conflicto aún mayor, amén de los paros del transporte que son otra muestra más de ejercicio de derechos constitucionales y amplio ejercicio de la libertad aunque esta haga que afecte este ejercicio de manera negativa a otros muchos, ya hubieran querido nuestros abuelos y más allá haber vivido en este mundo nuestro.
Y es que nada de esto era posible hace varias décadas, en ningún momento histórico se ha respetado más la vida humana como en la actualidad (al menos en las democracias occidentales), el respeto a la libertad individual o la protección de las minorías han sido tan sacrosantos como ahora así que tenemos motivos para vislumbrar que podemos seguir hacia delante y tenemos mucho que cuidar, mucho que conservar, no sea que se nos encabriten las cosas y perdamos algo o mucho de lo conquistado tras siglos de sangre, sudor y lágrimas.
Y ahora arrimando el ascua a mi sardina, llevemos a la práctica el carpe diem y si tenemos unas vacaciones pendientes, un viaje o una escapada regional hagámosla sin pensarlo dos veces, que mañana ya veremos, gastemos con cabeza y seamos optimistas que mañana ya veremos y quizás sea ya tarde. Hagámonos responsables al mismo tiempo de nuestra parte pero no dudemos en disfrutar de lo mucho que tenemos porque incertidumbre ha habido siempre y seguirá habiendo.
MIGUEL BORGES PAREJO, SALES MANAGER CANARY ISLANDS FOR SMY HOTELS
