Con este proceso de enfriamiento las raíces del cabello reciben menos sustancias nocivas y aumentan las posibilidades de que el pelo permanezca tras el tratamiento de quimioterapia. La tasa de éxito del sistema de enfriamiento puede variar de un paciente a otro y de acuerdo con el régimen de quimioterapia administrado.
Los pacientes encuentran diferentes razones para llevar a cabo este tratamiento más allá de lo estético, verse bien físicamente repercute en la autoestima, y favorece una actitud positiva, la cual es fundamental para afrontar la enfermedad.