Últimamente estoy un poco ácido escribiendo. No sé si es porque poco a poco me va abandonando la juventud, si es porque cada vez me vuelvo menos tolerante a las injusticias, o porque tenemos épocas y es justo una de esas, en las que me apetece no ser conformista.
Canarias, un gran proyecto
Desde adolescente soy una de esas personas que piensa en las Islas Canarias como un lugar increíble. Una región diversa, con una naturaleza impresionante llena de singularidades. Ser guardianes del pico más alto de España, nuestro Teide, y atesorar playas urbanas de primer nivel como Las Canteras, entre otras grandes maravillas naturales repartidas a lo largo y ancho del archipiélago, hacen de nuestra tierra un sitio especial.
Siempre pienso en Canarias como un lugar mágico, puente tricontinental. Somos un continente en miniatura lleno de cultura, de eventos al aire libre, de gastronomía sabrosa, y es que hemos logrado conquistar a grandes paladares con nuestro mojo picón, como el de mi querida Agatha Ruiz de la Prada, que disfruta como una niña chica con unas ricas papitas arrugadas acompañadas con su mojito, y quién no
Si es que mi yo adolescente, ese que vivía extasiado con las bondades de su tierra, soñaba con una región puntera. Soñaba con darle voz a la juventud para que liderasen grandes proyectos trascendentales, sobre todo de ingeniería social. En mi mente, la luz y los colores se unían para dar esperanza a un pueblo que tenía la suerte de vivir en el lugar con el mejor clima del mundo. Si me preguntases entonces cuál era mi visión sobre nuestras islas te habría respondido: Canarias, un gran proyecto.
Yo en política ni loco
Han pasado los años y no se ni como, me he convertido en el presidente de la juventud empresaria. Supongo que con la receta que aplico a todos los proyectos, trabajo, paciencia, pasión y humildad. Este puesto, te da una visión muy amplia del panorama social y político y puede que las gafas con las que miro ahora a Canarias, sobre todo en este aspecto, no sea tan bonita como antes.
Fíjense que me gusta mucho participar de las mejoras sociales y económicas de las islas, y es por eso por lo que sigo en esta maravillosa aventura. Sin embargo, estoy absolutamente aberrado con lo caro que está ser político en la actualidad. A golpe de rueda de prensa y titular, sin mediciones y sin proyecto a largo plazo, es una pena ver como se tiran los trastos entre los compañeros del mismo bando… y es que así, no se avanza. He tenido alguna oferta y les confieso que a veces, por aquello de cumplir con mi visión romántica de lo que espero que sea nuestra tierra, me tienta la idea; aunque por suerte tengo buenos amigos que me recuerdan las consecuencias que esto podría tener para mi vida. Quita, quita “virgencita, virgencita, déjame como estoy”
Ser romántico me mantiene ilusionado
Les dije que estoy ácido, supongo que por la pandemia y las calamidades que nos está costando a mis compañeros y a mi salir adelante. Pero en el fondo creer que es posible cambiar algunas cosas también me pone feliz, y es por eso por lo que te animo a que no decaigas, a que luches y reimagines la Canarias que quieres.
Feliz día de Canarias
Si suena un timple o un pito herreño, los pelos se me ponen de punta. Y si miro fijamente hacia el infinito del Atlántico, casi que puedo ver San Borondón. No hay nada que más me guste que poder escuchar un “mi niño” o “ponme un barraquito”, porque eso significa que estoy en el hogar. Me gusta saber que con 15 grados ya tengo frío, porque sé que eso nos pasa a la gente de aquí. Comer sancocho y una buena pella de gofio son manjares que sólo conocemos los canarios, además de las Tirma, los Clipper de fresa y el Nestea Mango Piña.
Me encanta cuando suena una Isa o una Folía porque significa que se viene un tenderete y yo para estas cosas soy muy novelero. Qué bueno sería que además de todo esto nuestra juventud se pudiera independizar, tuviese empleo de calidad porque tenemos empresas potentes. Qué bueno sería que las cosas importantes fuesen fáciles y que el talento de aquí se quedase aquí. A todos los que luchan por mi tierra hoy que escribo este artículo (30 de mayo), les deseo un feliz Día de Canarias.
Pero esos otros, que viven en la treta, que no piensan en el interés general sino en el propio. A esos les grito bien fuerte: Feliz Día de Canallas.
