¿Cuáles son los aspectos que marca como prioridades esta consejería dedicada al desarrollo sostenible y a la lucha contra el cambio climático?
Principalmente, la consejería tiene tres ejes tractores. El primero de ellos es la gestión de los residuos, el segundo es el Consejo Insular de Aguas de Tenerife y como tercer eje tenemos el servicio de cambio climático, un servicio que se creó a comienzos de este mandato.
Los principales objetivos que establecimos al comienzo del mandato y que a día de hoy, finalizando el mandato, podemos celebrar que se han materializado, son los siguientes:
Por parte de la gestión de los residuos, hemos adjudicado el mayor contrato de la historia del Cabildo: un contrato para la gestión integral de los residuos en la isla de Tenerife. El anterior contrato había empezado a operar en 1985 y había vencido en el año 2014. Esta falta de actualización del mismo estaba generando problemas administrativos muy grandes, porque se estaba prorrogando un contrato en el que ya no cabían más prorrogas. Por lo tanto, los pagos mensuales de ese contrato estaban siendo reparados, estamos hablando de cantidades muy altas, superiores a los 20 millones de euros al año y eso, sin lugar a dudas, suponía un problema administrativo muy grande.
Por otro lado, ese contrato que comenzó a operar en el año 85 ya no respondía a las expectativas de una isla que ambiciona tener una gestión sostenible de los residuos, por lo que era prioritaria su adjudicación para solucionar estos dos problemas que he comentado, el problema administrativo y el problema ambiental, pues el anterior priorizaba enterrar los residuos.
Hoy en día contamos con tecnologías suficientes para transformar los residuos en nuevos recursos y, por ende, el nuevo contrato va por ahí.
¿Cuándo entró en vigor dicho contrato? El 1 de julio de 2022. Ese día comenzó a operar el nuevo contrato de gestión de residuos integral para la isla de Tenerife, celebrando que hemos solucionado los dos grandes problemas existentes hasta la fecha.
Como segundo gran logro que podemos celebrar, que fue uno de los primeros objetivos que establecimos en el mandato, están las aguas residuales. Acabar con la indeseable situación de vertidos que tenemos en nuestras costas.
El diagnóstico era aterrador: Canarias era la región de Europa con mayor número de sanciones por no tratar de forma adecuada sus aguas residuales. Tenemos una cantidad muy alta de vertidos ilegales en las costas de Canarias y, concretamente, en las costas de Tenerife. Esta situación nos llevó a querer atacar el problema con determinación, pese a que no es algo lustroso, no es algo vistoso, porque al final es enterrar dinero -o mucha gente lo interpreta de esa manera-, es fundamental para conseguir que Tenerife sea una isla más sostenible.
Firmamos en el año 2020 el mayor convenio de la historia del Cabildo con el Ministerio de Transición Ecológica por valor de 170 millones de euros para la construcción de 5 grandes sistemas de saneamiento y depuración. No solo es la gran depuradora, sino que incluye los grandes colectores que permiten recoger esas aguas residuales. Estas obras ya están en marcha, son obras que cualquiera puede comprobar cómo se está trabajando en ellas. Es, junto con el contrato de residuos, el objetivo del que me siento más orgulloso.
Nos hablaba de que ya se ha materializado la firma del nuevo contrato de gestión de residuos, ¿qué supondrá para la isla este nuevo contrato?
Como decía, es un contrato que soluciona aspectos administrativos y ambientales.
¿Qué va a suponer para la isla de Tenerife? Una transformación integral.
Con el anterior contrato fuimos capaces de acabar con los vertederos ilegales, hasta el año 85 habían en la isla de Tenerife 200 vertederos ilegales, ese contrato fue muy ambicioso en su momento, porque permitió establecer una estrategia insular de gestión de residuos. La situación en estos 37 años ha cambiado muchísimo, las expectativas ambientales de nuestro territorio han cambiado muchísimo y, por lo tanto, era necesario un contrato que al igual que el del año 85 fue en su momento transformador, este también lo fuese.
Lo es, porque plantea nuevas plantas de transferencia para la isla de Tenerife, las actuales plantas se convertirán en centros logísticos, lo que las dotará de una mayor autonomía. El Complejo Ambiental de Tenerife seguirá siendo la estructura de primer nivel sobre la que pivota toda la estrategia insular, pero los diferentes centros logísticos permitirán dotar de mayor autonomía a estas infraestructuras, de forma que lo que vaya al Complejo Ambiental de Tenerife ya lleve un pre tratamiento de residuos.
Por otro lado, las inversiones. En el Complejo Ambiental se van a ejecutar inversiones de modernización y transformación muy importantes, por valor de más de 50 millones de euros.
Asimismo, este nuevo contrato prioriza en gran medida la investigación y el desarrollo. Hay una partida de algo más de 30 millones de euros para sus 15 años de vida que se tienen que destinar a investigación y desarrollo.
Tenemos que tener en cuenta que nuestro territorio es complejo, estamos aislados del resto del continente y, además, fragmentados en 8 unidades insulares. En cualquier instancia se tiene que ser escrupuloso en el manejo de los residuos, pero aquí más. Como decíamos, tenemos tecnología que permite transformar los residuos en nuevos recursos, no tiene sentido que sigamos hablando de residuos, esos residuos tienen que tener una segunda vida, pues ese es el fundamento de la economía circular.
¿Qué otros proyectos tendrán cabida?
Hay otros proyectos igualmente importantes, como es el fomento de una industria del reciclaje en la isla de Tenerife. El Complejo Ambiental tiene diferentes unidades de suelo que queremos sacar a licitación pública para que en esta isla se implante una industria del reciclaje.
Lo que va a suponer la atracción de numerosas y fructuosas inversiones, ¿verdad?
Efectivamente, a la par que diversificamos nuestra economía. Escuchamos con mucha frecuencia que tenemos que diversificar nuestra economía, este es uno de los ejes tractores de esta transformación y así lo entendemos, no puede ser que sigamos en la dinámica en la que ha estado inmersa la isla en los últimos 37 años: enterrando residuos.
Por otra parte, nos comentaba que la Oficina de Energías Renovables ha tenido una muy buena aceptación. ¿Vamos en Tenerife a buen ritmo en este aspecto?
No, tenemos que mejorar. En septiembre de 2019 y en julio de 2020 sufrimos dos ceros energéticos, lo cual evidenció que nuestro sistema eléctrico insular es vulnerable, hay que robustecerlo y para ello debemos apoyarnos en el empleo de las energías renovables.
Hay que favorecer una situación en la que particulares y empresas puedan acceder al autoconsumo. Tenemos un recurso infinito, que es el sol, el cual nos permite producir energía de forma 100% renovable, sin emisiones, sin gases de efecto invernadero y a un precio prácticamente nulo una vez que hemos ejecutado la inversión inicial, que es lo que lastra la penetración del autoconsumo energético.
¿Cómo atisba que será Tenerife, si continuamos en esta senda, en un periodo de 10 años?
Una de las actividades que más generación de gases de efecto invernadero produce es la movilidad. Tenemos que transformar la movilidad, pero no solo electrificándola, no tendría sentido que nosotros fuéramos capaces de cambiar el parque móvil de la isla de Tenerife, porque eso nos evitaría producir esa cantidad de gases que estamos produciendo actualmente, pero seguiríamos teniendo un colapso en las principales vías.
Tenemos que atender a estas dos variables. Por un lado, electrificar el parque móvil de la isla pero, por otro, conseguir, tal y como se está consiguiendo con la bonificación al transporte público, que la ciudadanía se suba de forma masiva al transporte público, para lo que es necesario una estrategia de mejora y fomento del mismo.
