Vivimos, sin duda, tiempos complicados en cualquier sector de la economía, entre ellos el sector agroalimentario. Desde la perspectiva de Valleseco, ¿cómo ve usted la situación?
Valleseco tradicionalmente fue un pueblo que vivió del sector primario. De los años 60 hacia atrás su economía se basaba en el sector primario y, desde entonces, con el boom del sector turístico, toda la población que vivía aquí se desplazó hacia las ciudades para cubrir las necesidades que el mercado en aquel momento demandaba.
Comenzó a migrar esa población y el relevo generacional fue cayendo. La economía local que rondaba el sector primario comenzó a devaluarse, tanto es así que hoy en día hay productos, las carnes por ejemplo, 1 kg de carne se compra en el mercado a 10 euros/kg -500 pesetas- y mi padre, que fue agricultor, vendía la carne hace 35 años a 500 pesetas, lo cual quiere decir que el valor del producto agrario de Gran Canaria no ha cambiado desde hace 35 años, un hecho que hace totalmente insostenible una economía basada en el sector primario.
¿Qué se podría hacer para que esta situación poco a poco fuera cambiando?
Hoy en día hay diferentes líneas de financiación que hacen que esos productos que se producen o que se podrían producir en Canarias no puedan aumentar el valor. Por ende, esos productos no aumentan su valor, porque entramos dentro de la Comunidad Económica Europea y se empezaron a financiar las importaciones. No es lo mismo trabajar un latifundio en la península con la maquinaria y los costes que ello implica, que producirlo en minifundios en los interiores de la isla.
Hoy en día, se financia a través de estas líneas ya sea al productor o al importador. Una financiación que hace que el mercado esté tocado y cuando se toca al mercado se desequilibra por algún lado. En este caso, el desequilibrio vino de la mano del sector más débil que era el pequeño productor canario y, evidentemente, no es que diga que sean malas las subvenciones, porque en algún momento para propiciar que un sector salga adelante hay que incentivarlo, pero cierto es que cuando se tocan mucho los sectores con subvenciones se desestabiliza la parte de la demanda y aquí el que ha salido perjudicado es el sector primario canario.
Ustedes desde las líneas de actuación del ayuntamiento están muy pendientes de fomentar el consumo del producto local y ayudar a través de campañas…
Nosotros, desde que estamos en el Ayuntamiento, allá por el 2007, teníamos claro que no se podía competir en cantidad, se tenía que competir en calidad. Hemos estado trabajando y así se mostró ya en el 2012 con el primer mercado ecológico de la isla, intentando que las producciones fuesen de alta calidad.
Es una ardua labor, porque aún siendo productos de calidad, pueden llegar a no ser competitivos con los productos que vienen de fuera, ya sean ecológicos o no. Nosotros estamos intentando que ese producto se demande por la calidad y tenga un punto de referencia. Ahora, por ejemplo, en el mercado ecológico tenemos a Biocanarias, un gran distribuidor de la cadena alimentaria del sector ecológico en Gran Canaria y estamos apostando porque aquellos productores que se incorporen a esta cadena sean km 0 y, sobre todo, ecológicos.
Siempre hemos apostados por la calidad y todas las incitativas que el Ayuntamiento ha desarrollado durante estos años han sido dirigidas a propiciar el que haya un lugar de referencia como lo es el Mercado Ecológico. Los agricultores que se han dado de alta en las últimas fechas son productores ecológicos que producen y venden, porque la producción tradicional que no es ecológica prácticamente ha desaparecido de las medianías de la isla precisamente por lo que comentábamos antes, no son productos competitivos.
Ustedes siempre han estado muy pendientes del relevo generacional y en generar en los niños ese amor por el campo y el sector primario. Este verano, como cada año, han consolidado su campus centrado en dicho sector. ¿Tienen éxito este tipo de medidas? ¿Están contentos con los resultados?
La verdad es que nosotros no es que propiciemos el relevo generacional del sector primario, propiciamos el amor a él. Como dicen los mayores: “lo que no se mama, no se quiere”. En este sentido, sí que es verdad que con todas las actividades que desarrollamos en el campus de verano, porque el tiempo es el más propicio y el intervalo temporal de la acción permite hacer plantaciones en el área recreativa donde tenemos un pequeño huerto en el que los chavales aprenden a plantar y a convivir con el sector primario, con animales a los que cuidan y con una pequeña explotación agrícola que ellos se encargan de mantener, lo que se intenta es que no se pierda ese nexo de amor que el sector primario necesita para que se dediquen a él.
La realidad pasa porque muchos chavales hacen su recorrido hasta los 12 años por el campus de verano y por las diferentes actividades que se puedan desarrollar en las recogidas tempranas y tardías del centro escolar y que propician que ese arraigo a la tierra no se pierda.
¿Cuáles son los proyectos que tiene marcados el Ayuntamiento en esta área para los próximos meses?
Planteamos seguir trabajando en la parte de producción, el dinamismo del sector primario no es suficiente como para que familias se mantengan y siempre va a ir de la mano como actividad complementaria. De ahí que no solo fomentemos la potenciación del sector primario a través del mercado, sino de una economía que se cunde alrededor de iniciativas.
Nosotros tenemos claro que el sector primario no va a ser el sostén económico de Valleseco, por lo que hemos comentado es imposible que podamos competir contra tremendas empresas de comercialización de productos que vienen de fuera a un precio asequible. Lo que intentamos es que a través de iniciativas que promueven el km 0 o el producto ecológico, relacionadas con el turismo, las economías locales puedan mantenerse e iniciar una andadura profesional relacionada con el sector primario, teniendo un vínculo con el sector turístico que les permita un aporte económico digno.
