¿En qué está usted especializada como profesional?
En lo que a estudios profesionales se refiere, soy médico y psicóloga, hice la especialidad de cirugía plástica en México y luego vine a España e hice medicina estética en las Islas Baleares. También he hecho varios másteres para especializarme en ciertos sectores, porque este es un ámbito bastante amplio.
¿Qué tipo de trabajos desarrolla con mayor frecuencia?
En mi caso, estoy especializada y trabajo muchísimo con toxina botulínica, tanto en la clínica de Canarias como en la de Madrid. Ofrecemos rejuvenecimiento en general. Hago muchos rellenos de labios, pero los labios que hago son bastante discretos y naturales, no me gustan las exageraciones. Lo mismo pasa con los pómulos, a mí no me gusta que a mis pacientes les digan qué te has hecho, sino qué bien te ves.
Una de las tendencias en las que estoy trabajando mucho de un año para acá es todo lo relacionado con el tema capilar. Yo soy amiga de que primero tenemos que tratar de recuperar el pelo de manera natural y ya después, si el paciente no pudo mejorar, sí se pasa a cirugía. En este sentido, comenzamos con tratamientos de revitalización, mesoterapias con algunas sustancias que nos hacen falta o con estimulación manual. Se está viendo mucho en el mercado que cuando una persona pierde la parte anterior del pelo enseguida le mandan a injertar, por lo que pierde su pelo natural. En primera instancia, lo que debemos saber es qué tipo de alopecia tiene para luego comenzar a tratar y hacer el implante en el caso de que haga falta.
¿Cómo atisba la situación actual del sector? ¿Es un sector sujeto a modas?
En este caso yo creo que influye mucho el criterio, el concepto y la formación del médico. Hay muchos médicos a los que les gusta grabar mientras están pinchando y que a la gente se le note que le hizo unos labios grandes o unos pómulos exagerados.
En mi caso, yo no voy por ahí, porque se estén usando los labios rusos yo no hago labios rusos, porque a mí no me gustan, como no me gusta para mí no me gusta para mis pacientes. Lo mismo me pasa con los productos. Aunque las tendencias marquen que hay nuevos productos, me gusta trabajar con productos que ya estén muy estudiados y demostrados, siempre digo que lo nuevo se lo dejo a otros, que prueben ellos y que cuando esté muy avalado entonces ya yo cambio.
En este sector hay que ir con cuidado y no se puede andar innovando.
¿Hacia dónde se enfocan las nuevas técnicas? ¿Son técnicas menos dolorosas?
Las técnicas siempre irán dirigidas a a ser menos invasivas y menos dolorosas, pero hay cuestiones en las que la molestia existe y va a existir.
¿Es un sector en el que existe mucho intrusismo?
Yo siento que el intrusismo que existe es porque la regulación no es la suficiente. Es una realidad el que puedes ganar en poco tiempo mucho dinero y tampoco supone mucho sacrificio como, por ejemplo, hacer guardias. Lo que está pasando es que desde otros sectores de la medicina se están viniendo para este sector.
No es que sea en realidad intrusismo, porque yo pienso que si tú lo sabes hacer y lo estudiaste puedes desarrollarlo. Eso sí, debes tener formación. Yo, por ejemplo, no puedo decir que soy ginecóloga por haber hecho ginecoestética. Hay que ser sincero con el paciente, pero no es fácil decirle al dinero que no, sobre todo en estos tiempos. Yo creo que en este sector es donde el paciente tiene que darle más importancia a la formación de la persona.
¿Qué líneas marcarán el trabajo de la Clínica S&O?
Seguiremos trabajando en una línea continuista. Tenemos dos sectores que queremos abarcar y ampliar, uno de ellos es el de los alineadores invisibles en ortodoncia, una estética bucal combinada con la fácil, que no solo nos importen los dientes y que no solo nos importe la cara. Y otro sector que queremos tomar es el de los implantes capilares, que a este pequeño grupo de gente al que no le podamos revitalizar su cabello con tratamientos y de manera natural, poder hacerle implantes.
