01/05/2024

Juan Inurria: “Mis servicios son como los trajes, no le sientan bien a todo el mundo”
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Ya ha pasado un año desde nuestra primera entrevista, ¿cómo se lleva un año más en la sastrería del derecho?

Estamos en un mundo cambiante, y eso también afecta a la profesión. En este año le diré lo que no ha cambiado: la lentitud de la Administración de Justicia y su eterno mantra de falta de medios de personal; y si bien es cierto que con los mismos medios se atiende a más núcleo poblacional, no es menos cierto la falta de eficacia y empatía con él justiciable… y ni que decir con los de mi profesión.

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Hoy en día necesitamos menos despachos, más tecnología, menos acudir a los tribunales para resolver controversias, y más respeto a nuestro ejercicio.

Hay que diseñar una abogacía preventiva y evitar en lo posible acudir a los tribunales.

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Nosotros estamos colaborando a que esto sea así, desde hace relativamente poco. Iniciamos nuestra andadura en un proyecto preventivo y didáctico. Además hemos creado junto a un grupo de entusiastas del derecho y su ejercicio el centro divulgativo La Cocina del Derecho, con el propósito de hacer llegar el entramado jurídico desde la perspectiva práctica real diaria tanto a futuros ejercientes, como a empresarios y a entes públicos. En definitiva, informar, formar y prevenir. Más vale un mal acuerdo que un buen juicio.

El bufete Inurria, muy conocido por todos en el seno de Canarias así como fuera de él, ¿cuáles son sus especialidades y sus puntos fuertes dentro de este mundo tan amplio y grande del Derecho?

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Principalmente, a lo que se dedica el Bufete Inurria es a dar tranquilidad. Una pregunta similar que me hicieron hace tiempo y respondí, algo así como : “me dedico a que mis clientes duerman bien por las noches”. Es cierto que, cuando yo empecé, hace bastante tiempo, no existía ese mundo de la especialización, hoy en día te tienes que centrar y especializarte, sobre todo por la cantidad de normas que nacen a diario. Mi perfil como abogado, se suele denominar “Shark”, al menos así lo hacen mis clientes de los EE.UU.

Pero si hay algo en lo que estoy especializado, diría que es en la defensa del Derecho al Honor, a la Intimidad y a la propia imagen, el cual esta continuamente enfrentado con el Derecho a la información y la libertad de expresión. En esta época de la intoxicación informativa, donde ya no hay nadie anónimo, las redes crean a muchos valientes, que lesionan derechos y yo me encargo de que eso se arregle. Pero ojo, en este trayecto hay que tener razón, saber pedirla y que te la den. La razón es cosa del cliente, pedirla es cosa mia como artesano del derecho y que te la den es cosa de los jueces, casi nada.

Ahora estoy trabajando en mi próximo libro sobre los “dires y diretes” que llevará por título “Qué pasa si hablan mal de ti”. Asimismo, atiendo asuntos mercantiles civiles de relevancia y penales centrándome en asuntos de corrupción, a modo de ejemplo. Afortunadamente, tengo clientes, en distintos puntos de la geografía, ya que internet eliminó barreras territoriales y estos han buscado ese “Inurrismo” particular.

Se habla de los “Inurristas”, es decir, hay una fidelidad de ese cliente que ha acudido a usted y que ya no se ve en manos de otro profesional. ¿Cómo se llega a generar esa lealtad?

Yo creo que eso es parte de la honestidad y la contundencia con la que le hablo a mis clientes, uno de nuestros valores fundamentales. En el momento en el que un cliente pone sobre mi mesa uno de sus problemas, no estamos pensando en venderle el servicio y contarles que bueno somos y todo lo listo que somos, sino que nos vamos a poner a su lado, no enfrente, y con nuestros conocimien- tos vamos a darle una solución, si decide, depositar en nosotros, ese tesoro que se llama confianza.

Es entonces cuando nos integramos y empezamos a ser aquel abogado de cabecera, aquel consultor aliado que, cuando la familia tiene un problema, cuenta contigo para solucionarlo. Y eso es una bendición.

Nosotros tenemos clientes que suman ya hasta 3 generaciones de familias que han confiado en nosotros.

Precisamente este aspecto, junto con la claridad con la que habla y transmite, se configura como vuestro valor añadido, ¿no es así?

Efectivamente, además, también es un tema relacionado con el mundo igualitario en el que vivimos. Para mí es fundamental que mi cliente asuma los hechos y las consecuencias de los mismos. Yo lo que voy a procurar es que el castigo te duela menos y durante el camino lo vamos a pasar bien, pues algo seguro tenemos y es la ausencia de certeza. Por eso soy absolutamente claro cuando viene un cliente a mí, no me gusta hacer perder el tiempo ni que me lo hagan perder a mí.

Y mucho menos crearle falsas expectativas con el objetivo de agrandar mi cuenta de resultados.

Usted ha ido experimentando una evolución como profesional y como bufete, dirigiéndose a un derecho más artesano, más exclusivo…

Sí, eso es cierto, además, me veo en la posición de poder elegír a mis clientes.

Nosotros solemos decir que nuestros servicios son como los trajes, no le sientan bien a todo el mundo. Algunas circunstancias me han hecho reflexionar y rehuir de todas esas bondades que venden los demás despachos como excelencia, profesionalidad, la calidad…etc..etc.. para dar paso a un servicio más humano y claro.

El hecho de tener varios despachos abiertos hacía que, esas personas que querían tener la esencia que yo transporto no la pudieran tocar ni la ver. Yo ofrecía calidad a través de los compañeros, pero el cliente me quería a mí, por eso empezamos a cerrar despachos de diferentes puntos para ganar en esencia. Asimismo, cuento con la ayuda e inestimable colaboración permanente de mi hijo, y con el iniciamos en el 2018 “Inurria Style”, una marca de complementos y ropa fabricada en Canarias que ofrece productos artesanales de edición limitada y que la pueden encontrar en www.inurriastyle.com y se ha llegado a posicionar incluso en Japón.

Hay una parte muy humana y de lucha detrás de Don Juan Inurria. Se ha convertido usted en un abanderado de la lucha por la completa integración de las personas con problemas de movilidad o alguna limitación.

Sí, pero quite lo de abanderado. Actualmente, hay mucha legislación, pero una nula ejecución. Te pongo como ejemplo los carnavales, las personas con movilidad reducida no pueden disfrutarlos por la inacción de la administración. Los aíslan y los marginan, entre otras cosas. Y ni que decir de las listas de espera para que te reconozcan la situación dependencia. Yo ya estoy acostumbrado a vivir con las falsedades de la administración, por eso, lucho desde mi parcela para que las barreras a las que se enfrentan las personas con movilidad reducida se reduzcan cada día más. En cualquier caso, hay que usar lo que sabes hacer para ayudar al prójimo y yo sé de lo que sé, por eso ahora estoy en un proceso de observador con esas ayudas que deben llegar a La Palma y sus gentes.

De hecho el pasado mes de julio presenté mi candidatura como Defensor de las Personas con Discapacidad del municipio de San Cristóbal de La Laguna, un cargo honorífico totalmente gratuito al cual accedí por mi vocación de servicio público . Mis vivencias personales me llevaron a embarcarme en este proyecto, pero por algo que no logramos entender, después de presentar y defender mi candidatura se suspendió y se dio como «no válida» ,desde entonces la figura no ha sido nombrada y continua vacante. Aquí estoy.

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