El Servicio Público de Empleo Estatal ha publicado hoy, 3 de enero, los datos de paro registrado correspondientes al último mes del año 2022. El número de desempleados a nivel nacional ascendió a los 2.837.653 (una disminución del 1,52% respecto a noviembre); por su parte, en Canarias, la cifra alcanzó las 183.160 personas, lo que supone una caída intermensual del 1,68%.
Observando los datos por sector, encontramos que en el archipiélago canario la agricultura ha experimentado un aumento de los desempleados del 11,07%. Cabe destacar que fue precisamente esta actividad la que en el mes pasado experimentó la mayor disminución porcentual. Los parados en el sector servicios, por su parte, siguen siendo los que mayor caída absoluta han experimentado, y los que más peso tienen en la caída del desempleo en el archipiélago. A nivel nacional, sin embargo, la estructura de la disminución del paro se mantiene igual que el mes anterior: mientras que la agricultura experimenta el mayor cambio porcentual, los servicios lo hacen en términos absolutos. En términos interanuales, el desempleo cae un 9,69% en el archipiélago, mientras que en el conjunto del país la caída alcanza el 8,64%.
En un país como España, que tiene el 26% de la población en riesgo de pobreza y exclusión, vincular las subidas salariales a la inflación con incrementos del 10% u 8% solo es generar más pobreza y desempleo. El encarecimiento del Salario Mínimo Interprofesional se ha traducido en la destrucción de 71.600 empleos y en la exclusión laboral de 145.900 trabajadores, en total 217.500 empleos menos, durante el periodo 2018- 2022.
Esto ya se deja notar en los contratos, que han caído un 15,35%. La dificultad para contratar se ha convertido en el tercer motivo de preocupación después de los costes energéticos y las incertidumbres de política económica, y las empresas que prevén que la falta de mano de obra tendrá un impacto negativo en su actividad ya suponen el 34% del total, según el Banco de España.
Por todo ello, es la productividad la que debe ser el vínculo con las subidas salariales, pues es determinante para que las economías progresen, posibilita que aumenten los salarios sin generar tensiones inflacionistas, ni aumentos del desempleo.
