En una época en la que las prisas marcan nuestro día a día, nos dejamos engullir por un flujo constante de información, de estrés, de carreras, nos olvidamos de un pilar tan importante como la alimentación, y el resultado son malos hábitos que nos desprenden en un sin fin de dificultades en la salud. La frase de “SOMOS LO QUE COMEMOS” tiene muchos significados que en ocasiones queremos omitir o valorar como mejor nos cuadre.
Es aquí donde nos surgen dudas, sabemos como nos alimentamos? ¿Donde invertimos en la compra de los alimentos que llevamos a nuestra despensa? Son preguntas que cada vez están más relegadas a segundo plano, y no nos damos cuenta de las consecuencias que puede acarrear olvidarnos de la alimentación. En la sociedad “moderna ” manejamos conceptos que son más visibles cada día, pero realmente sabemos el verdadero significado de productos km0, sostenibilidad en la gastronomía, economía circulante?
Cuando realmente somos conscientes de ello es cuando ponemos en valor todo lo que tenemos en nuestra tierra, el sector primario, el producto local y todo lo que conlleva a consumirlos y potenciarlos. Debemos tener en cuenta que una buena educación alimentaria se basa en productos frescos de temporada, con el menor impacto en huella de carbono, esos productos nuestros que al consumirlos, no solo, ayudan a tener una mejor alimentación, sino también que nuestra economía sea un proyecto sólido y firme tanto en el presente como en el futuro de nuestras Islas.
