Entre el mar y la sierra discurre la historia de esta peculiar provincia, cuya capital fue testigo del despegue económico y cultural del mediterráneo occidental. Málaga marinera en su litoral donde nunca es invierno; de vocación serrana, tierra adentro, donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor. Pueblos blancos de hermosa arquitectura, envueltos en románticas leyendas, ponen su punto de luz en los recónditos valles donde la vida discurre plácidamente. Y desde la alta sierra la mirada abarca el horizonte hasta perderse en la inmensidad azul del mar.
Si en tiempos remotos fue testigo de los orígenes del hombre y de la cultura mediterránea, hoy convertida en primera potencia de la industria turística andaluza, mantiene viva su tradición de tierra acogedora y creativa.
La provincia malagueña cuenta con más de 160 kilómetros de franja costera. El mar Mediterráneo baña directamente un total de 14 municipios malagueños. Es posible acudir a enclaves escondidos donde la naturaleza más pura rodea el ambiente, o espacios más turísticos y consolidados. Tanto la zona oriental de la provincia, como la occidental disponen de playas tan atractivas que han hecho de la costa del sol un destino de primer orden mundial.
Fiestas y tradiciones
La escenificación de la Pasión en Riogordo, las “carreras de tronos” en las noches del Jueves y Viernes Santo en Antequera, o los desfiles procesionales de la Semana Santa de la capital, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, ofrecen una perspectiva de la importancia que la Semana Santa tiene en esta provincia.
Otras celebraciones que tienen un sabor muy personal son las Cruces de Mayo, la Noche de San Juan, el Corpus Christi, festividad que cuenta en Arriate con la particularidad de ser celebrada dos veces gracias a una bula papal; o las fiestas de Moros y Cristianos de localidades como Benalauría, Benadalid y Alfarnate.
La tradición taurina también cuenta en tierras malagueñas con citas importantes como la Corrida Goyesca de Ronda o los espectáculos celebrados en míticas plazas como La Malagueta, en la capital. El flamenco encuentra expresiones autóctonas como los famosos verdiales, canciones y bailes de origen campesino. El Festival de Cine Español de Málaga o el Festival de Música y Danza de las Cuevas de Nerja, dan una idea aproximada de la importante cobertura que Málaga ofrece a todas las disciplinas artísticas.
Gastronomía
La sencillez en los ingredientes es la característica principal de la cocina malagueña. Los platos de esta provincia son muy variados y sanos, fruto del uso de materias primas de primera calidad, algunas de ellas con denominación de origen: aceite de oliva, Denominación de Origen Antequera; frutas, con las denominaciones de origen de la Chirimoya de la Costa Tropical Granada-Málaga y Pasas de Málaga; vinos, denominaciones de origen Málaga y Sierras de Málaga; además de carnes, verduras y, sobre todo, pescado.
El gazpacho, el ajoblanco (variante malagueña del gazpacho con almendras y uva moscatel), la fritura de pescado, los famosos espetos (sardinas ensartadas en cañas que se asan clavándose en la arena frente a unas brasas) o la porra antequerana, son algunos de los platos que le dan renombre a la buena mesa malagueña. La tradición repostera también goza de gran fama en estatierra donde es imprescindible probar sus evocadores bienmesabe de Antequera, los borrachuelos al vino Málaga, las tortas de aceite, pestiños, alfajores, roscos de vino o los deliciosos dulces conventuales.
Naturaleza y Turismo Activo
La diversidad paisajística y climática derivada de la accidentada orografía de la provincia, han hecho que muy a menudo sea comparada con un pequeño continente. Málaga acoge en sus algo más de 7.200 kilómetros de superficie, una amplia red de espacios protegidos: al oeste, en los límites con la provincia de Cádiz, hallamos los parques naturales de Sierra de Grazalema, Sierra de las Nieves, ambos declarados Reserva de la Biosfera, y el Parque Natural de Los Alcornocales; cercano a la capital se encuentra el Parque Natural Montes de Málaga y al este, el de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.
A esta riqueza natural, con una fauna y flora de gran valor, añade auténticos tesoros paisajísticos como las evocadoras formas calizas de El Torcal de Antequera, el Desfiladero de los Gaitanes, los Acantilados de Maro-Cerro Gordo o los Reales de Sierra Bermeja, entre otros. Las reservas naturales de las lagunas de Fuente de Piedra, Archidona, Campillos y de la Ratosa albergan una importante avifauna donde destacan los flamencos rosas que cada año nidifican en las aguas saladas de Fuente de Piedra. Estos espacios ofrecen un sinfín de posibilidades para los más activos. Excursiones en todo-terreno, rutas a caballo, senderismo, piragüismo, barranquismo, rappel, puenting, parapente (el Valle de Abdalajís es idóneo para ello), escalada (la garganta de El Chorro es una meca para los amantes de este deporte), viajes en globo aerostático, espeleología… son algunas de las actividades que se pueden practicar en contacto con la naturaleza en Málaga. La costa, por su parte, ofrece la oportunidad de realizar otros deportes como el esquí acuático, ala delta o submarinismo, en los ricos fondos de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo.
El golf encuentra en la provincia malagueña su particular paraíso. Más de 40 campos de golf en inmejorables condiciones convierten a la Costa del Sol, especialmente, en la zona con mayor oferta de toda Europa. La demanda de deportes náuticos queda totalmente satisfecha gracias a los once puertos deportivos que jalonan los 160 kilómetros de costa, des- tacando sobremanera el internacional Puerto Banús. La oferta de ocio queda cerrada con los múltiples parques temáticos que se asientan en la provincia y que atiende a los gustos más variados: parques de atracciones, acuáticos, centros que recrean hábitats naturales…
*Patrocinado por la Junta de Andalucía.
