Con esta expresión atribuida a Sócrates comenzaba una formación online sobre e-commerce y distribución hotelera que hice hace unos meses, y es que esta frase del título de este artículo resume como se nos ha quedado el cuerpo a algunos en lo que a turismo se refiere tras estos dos años de emergencia sanitaria. Con la pregunta y la respuesta del inicio de este curso “¿Has estado estos dos años con la sensación de solo sé que no sé nada?. Pues este es tu curso por mucha experiencia, formación y éxitos previos que tengas” se puede resumir también la actitud que tuvimos que asumir finalmente por mucho que nos empeñásemos en ver los históricos de ventas de 2018 y 2019 como si fuese a llegar un milagro que hiciera recuperar la movilidad y el turismo de la noche a la mañana y de esa manera las evoluciones comerciales de los años previos a 2020 pudieran ser la guía en la toma de decisiones también para ese año.
Pero ya sabemos que no fue así y hemos ido a ciegas desde entonces antes la falta de referentes históricos anteriores con similares variables coyunturales, haciéndose así muy complicado el hacer previsiones de algún tipo. Pero parece ser que algo está cambiando en este sentido y que a la par que estamos aprendiendo a convivir con el virus con una especie de know-how pandémico que restablece la confianza poco a poco, están aumentando así las reservas a futuro como no habíamos visto desde hace tiempo, siendo ya una realidad reservas turísticas hechas en Febrero para este próximo verano, temporada que ojalá sea ya el de la recuperación y el despegue total de nuestra principal industria, ya que es este indicador de early booking o reserva temprana sumado a un alza en los precios de los productos turísticos si los comparamos con los dos años anteriores e inflación disparada aparte (esta es otra variable a analizar) la principal señal de optimismo con la que podemos contar.
Recuperemos a ese Alemán tan previsor, ese Inglés repetidor y esos Nórdicos de invierno sumados a todos esos mercados del este de Europa de crecimientos cada vez mayores conforme sus clases medias se igualaban a las del resto del continente.
Canarias puede salir reforzada como destino turístico tras superar esta crisis y aprender de todo lo vivido creando más alianzas público-privadas en promoción exterior, más formación y digitalizando más el sector para así hacer del aprendizaje y la búsqueda continuas de nuevos mercados y también de nuevos productos que ofrecer.
Adelantemos a nuestros destinos competidores en todo aquello que detectemos pueden hacer mejor que nosotros, porque seamos humildes y asumamos que ahí fuera hay lugares que van a luchar de todas las maneras posibles para atraer clientes a sus destinos y con ello recuperar así cuanto antes las grandes pérdidas que han tenido estos dos años.
Evitemos la autocomplacencia con el repetido “no tenemos competidor en invierno para el cliente europeo” y frases de ese estilo porque si el trayecto de larga distancia se recupera tendremos que convencer a muchos clientes de que como en Canarias no se está en ningún sitio.
Así que aparte de la materia prima que es nuestro destino, su amplia y variada oferta y nuestro know-how acumulado tras años de calidad turística podríamos destacar también frente a los competidores nuestra seguridad en todos los órdenes poniendo en valor toda la visión y el crecimiento profesional que nos han dado estos dos años de crisis y todo el aprendizaje derivado de ello. Recordemos que es de sabios el amanecer cada día con la máxima del aprendizaje continuo por muy reputada que sea nuestra trayectoria profesional, y si Sócrates ponía en valor todo lo que ignoraba porque no vamos a hacerlo nosotros y convertirlo en motor de nuestra recuperación.
Miguel Borges, Sales Manager Canary Islands for Smy Hotels.
