29/03/2024

Turismofobia de manual
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Otro año más Fitur, y otro año más el stand de Canarias, pero este año con reencuentro sin mascarillas y vacunados, más alegre y reconfortante con números de ocupación e ingresos que ya pensábamos por el pesimismo pandémico que iban a ser cosa del pasado, y hasta ahí todo normal, convencional, ordena- do y rutinario…pero llega el fin de semana de la feria con la consiguiente desaparición del visitante profesional y la apertura de la feria al público en general, y entonces sucede algo que entra dentro de lo posible, y aunque respetable es a mis ojos digno de reflexión y crítica.

Un grupo de jóvenes bajo el grito a modo de consigna de ¡Canarias no se vende!, ¡se ama y se defiende!, criticaban en el stand de Canarias el a sus ojos modelo turístico depredador y por ende destructor del medioambiente y del conjunto social, a partir de ese momento el video de esta minimanifestación reivindicativa se hace viral, aparece en prensa tradicional y empiezo a leer con algo de estupor la alegría de cabezas que se suponen bien amuebladas, ya que según estas personas la denuncia de estos jóvenes es certera y responde a una realidad porque como este colectivo manifiesta, lugares como Corralejo, Maspalomas o la Tejita son espacios naturales que están siendo según ellos destruidos por la industria turística, cuando la verdad es que están protegidos por la legislación vigente – al igual que el 70% del territorio del archipiélago – y cuestiones en Tenerife como las obras paralizadas del hotel de la Tejita frente al centro comercial, o la paralización del Proyecto «Cuna del alma» en el Puertito de Adeje ponen de manifiesto que los poderes públicos operan en ocasiones presionados por estos conatos de turismofobia en nuestra tierra (consideraciones legales aparte).

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La pregunta que le haría a estos colectivos, normalmente ideologizados y con todo el merchandising de la nueva «izquierda indefinida» sobre sus hombros, sería la siguiente: ¿Cuando por ejemplo pasan por las dunas de Corralejo que ven?, porque yo estuve viendo dunas y más dunas durante años viviendo en Fuerteventura, y sigo viéndolas cada vez que visito la isla, y así con todos los espacios naturales protegidos de Canarias, ya que precisamente el turismo es una excusa económica más para preservarlos en perfecto estado de manera que sirvan de atractivo y valor añadido para que el número de visitantes crezca y con ello nuestra economía y bienestar.

¿Qué alternativas proponen que entren dentro del mundo real, posible y adulto?, por localización geográfica y coyuntura deberían de proponer el diversificar nuestro modelo económico hacia servicios digitales y en remoto como mejor alternativa, pero siempre aprovechando el know-how turístico acumulado tras décadas de excelencia turística en Canarias y poco más, pero no, no hay propuestas alternativas. ¿O piensan estos jóvenes que sus estándares de vida se mantienen sin una estructura económica sólida y sostenida en el tiempo producto de atraer inversión a nuestra tierra?, ya sabemos que hay sectores de nuestra sociedad que piensan que el dinero cae de los árboles y que la economía es una pseudociencia manipulada por oscuros intereses de personas sin escrúpulos, pero no, la conspiranoia de corte ultraprogresista desbarra en este tipo de consideraciones y se centra en ensoñaciones utópicas con su mix de ideas inconexas y multitema.

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Por ello, y lo que pretendo destacar es que la turismofobia y su extensión en el imaginario colectivo de nuestra sociedad podría ser muy peligrosa, empobrecedora y limitante, Y para más inri si se ataca al sector sin alternativas al mismo, se produce encima un empobrecimiento del debate que solo puede llevar al nihilismo más absoluto, con consignas vacuas y eco-postureo que solo encharca el trabajo y el esfuerzo de muchas personas.

Pido disculpas al lector por haber manifestado consideraciones políticas, pero para contestar a un discurso ideologizado se debe de apelar al contexto político de donde proviene el mensaje, y haremos bien en promover y reforzar la libertad de expresión, las manifestaciones de la sociedad civil y su organización colectiva, pero también se hará bien desde las instancias de poder en proteger aquello nos genera riqueza y bienestar, ya que la filosofía y la cultura en general se desarrollan solamente en sociedades con el estómago lleno, así que protejamos siempre primero «las cosas del comer».

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